martes, 11 de septiembre de 2007

Una visita con despliegue presidencial

WOLFSBURGO, Alemania (De un enviado especial).- Un gerente de Volkswagen se acercó agitado al encargado de ceremonial de la gira de Cristina Kirchner: "¿Cuántos van en el avión a Berlín?". "Catorce o quince", le respondieron. "¿Y para Viena, igual?" "Sí." Entonces, lo tradujo al alemán a una señora con porte de jefa, que daría las órdenes por teléfono del tamaño de la nave que se iba a necesitar. Era la hora del desayuno en el hotel cinco estrellas del Autostadt, dentro del complejo industrial de Volkswagen, y la delegación argentina preparaba con la ayuda de la empresa el traslado de 180 kilómetros a la capital y la escala austríaca prevista para mañana. El despliegue en el lobby del hotel -donde estaba todo pago para los argentinos- parecía frenético al comenzar las actividades de Cristina Kirchner. Salvo por la ausencia de diputados o intendentes bonaerenses con cara de aburrimiento, cuesta descubrir diferencias con el movimiento logístico de un viaje internacional de su marido, el Presidente. Los "14 o 15" que ocuparán los asientos del avión de Volkswagen no son los únicos que se movilizaron hasta aquí con la candidata, para uno de sus últimos tramos de campaña por el mundo. A otros les tocó ir a Berlín en tren (adonde llegaron antes: tarda una hora). Vinieron al menos seis funcionarios de Ceremonial y Protocolo (de Presidencia y de Cancillería), cinco custodios policiales y el intérprete principal del Gobierno. Está el vocero presidencial, Miguel Núñez, con una asistente, dos fotógrafos de la Casa Rosada y el equipo de TV (productor y camarógrafo), que el Gobierno contrata para filmar a los Kirchner. La senadora viaja con su secretario personal, Isidro, y hay una funcionaria encargada de trasladar el vestuario (nueve portatrajes con el logo de la boutique de Susana Ortiz). También controla que no falten las botellitas del agua que traen desde Buenos Aires, porque es la única marca que toma la primera dama. Al canciller Jorge Taiana, único ministro que participa de la gira, lo acompañan dos de sus colaboradores, ya que después se quedará en Europa para reuniones diplomáticas en Francia y Dinamarca. La encargada de negocios de la embajada se sumó a la comitiva. Hasta en la previsión se le dio a la visita el trato de gira presidencial. El equipo de TV oficial llegó dos días antes a Alemania para revisar cada lugar al que irá la candidata y elegir las mejores opciones de encuadre. Desde el miércoles, en el lujoso hotel Regent había gente de prensa y de la custodia presidencial. Al menos estos últimos tuvieron trabajo: recorrer el terreno y diseñar las entradas y salidas de edificios. Ayer a la tarde, toda la comitiva se alojó en ese hotel, a pasos de Friedrichstrasse, la calle de las tiendas de alta moda de Berlín. Allí hay custodia alemana y en teoría no rige ninguna invitación empresaria. Un alto ejecutivo de Siemens dijo ayer que la empresa llevará a la senadora hoy a su fábrica, pero que "por reglamento interno" no paga los gastos de delegaciones oficiales. ¿A cargo de quién corren los gastos de esta visita en plena campaña: del Gobierno, el Frente para la Victoria, las empresas? En la comitiva no hay respuestas oficiales; el periodista que pregunte tal cosa se encontrará alternativamente con dos tipos de miradas: una es de fastidio; la otra lo convierte al instante en un ingenuo sin remedio.
Fuente La Nacion.com 11/9/07

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